martes, 25 de septiembre de 2007

Amado Toledo



I Certamen Internacional de Cartas de Amor a Toledo

Hasta el próximo 30 de septiembre de 2007, permanecerá abierto el plazo de presentación del I Certamen Internacional de Cartas de Amor a Toledo.
Se trata de un concurso literario dotado con un premio para la carta ganadora de 6000 euros y su publicación junto a las nueve cartas finalistas restantes. El tema único de este Certamen será Toledo, la ciudad desde cualquier punto de vista, pero capaz siempre de despertar profundos sentimientos.
De entre todas las cartas recibidas el jurado, formado por destacados representantes de la cultura española, seleccionará las 10 finalistas. La carta ganadora se dará a conocer en una gala que se celebrará en El Cigarral de Las Mercedes a finales de este año.
Con esta iniciativa El Cigarral de Las Mercedes pretende dar una proyección internacional a esta ciudad emblemática, mostrando a través de un género literario tan personal e íntimo como son las cartas de amor, la atracción que despierta en todo el mundo.

Más información en www.cigarraldelasmercedes.com

lunes, 24 de septiembre de 2007

Noticias encontradas

Correspondencia entre Mistral y Ocampo
Cartas cómplices

El próximo mes aparecerá Esta América nuestra (El Cuenco de Plata), volumen originalmente editado en inglés, que reúne el valioso epistolario que mantuvieron la escritora chilena y la directora de la revista Sur

Por Pedro Pablo Guerrero
El Mercurio/ GDA - 2007
"Yo soy india rencorosa y vasca testaruda, las dos cosas, ¡Dios mío, juntas!", le confiesa Gabriela Mistral a Victoria Ocampo en una carta de 1937, diciéndole que está "harto herida de mi gente", pero que a pesar de todo "no será difícil que un día perdone yo a mis chilenos". Día que no llega en la correspondencia de Esta América nuestra, al menos en los casos más notorios y notables.
Discreta se muestra al principio respecto de Pablo Neruda, cuyo nombre sale a relucir cuando Mistral se queja en mayo de 1938 de que, coincidiendo ambos en Santiago, el poeta demoró siete días en hacerle llegar un folleto de la Alianza de Intelectuales de Chile, que tenía muchas ganas de leer. Un par de meses después se nota evasiva cuando Victoria Ocampo le reprocha que le hubiera ocultado noticias de su amiga Delia del Carril "por ser malas". Cautelosa, la chilena se excusa de hablar bien o mal de "una mujer ultra-enamorada, mudada, dada vueltas, por su pasión". No es más locuaz sobre el marido: "De Neruda tampoco le hablo porque sería igualmente hablar de Delia". A buen entendedor...
Las diferencias políticas y literarias entre el poeta y la escritora argentina se irán profundizando hasta estallar con la publicación del libro Las uvas y el viento (1954), en el que Neruda ataca frontalmente a Victoria Ocampo. En el poema "Ahora canta el Danubio", se burla de "Madame Charmante" y su revista SUR de ganaderos/ profundamente preocupados/ de la "métaphisique". La aludida se da el trabajo de copiar entero el poema y enviárselo a su amiga chilena. "Para qué decirte lo que pienso de semejante poema... Ya te lo imaginarás de sobra", le comenta en una carta enviada en mayo de 1954.
Mistral le responde: "No conozco el libro ése. No recuerdo que Pablo me haya dado nunca un libro suyo. Y sé que me odia, pero óyelo, mucho menos que su mujer. Me ha dado consejos de vida inteligente -es decir, de auto-bombo o cosa parecida. El amor de las mujeres viejas es así. Ella parece más com.[unista] que él mismo". (Roslyn, Nueva York, mayo de 1954).
Los recelos que Neruda despierta en la Mistral se remontan, en parte, a un incidente ocurrido en 1935, cuando Neruda se quedó con el puesto de cónsul de Chile en Madrid que ella ocupaba. "Dejé España: parecía que eso no podía ser; pero un lío combinado de españoles patriotas (léase comerciantes) de Santiago y de unos tres colegas aficionados al cargo de Madrid, facilitaron la operación de zafarme de Castilla", le cuenta Mistral a Ocampo, el 7 de abril de 1936. La poeta alude a intrigas diplomáticas y a la desafortunada publicación en la prensa chilena de una carta privada que Mistral les envió a sus amigos Armando Donoso y María Monvel, en la que criticaba amargamente a la sociedad española.
Una carta de 1939 a Victoria Ocampo revela que Mistral estaba convencida de que en la divulgación de esa carta -que significó su inmediato traslado a Lisboa- jugó un papel decisivo Marta Brunet, redactora de Familia , revista que publicó, el 2 de octubre de 1935, extensos pasajes de la misiva que indignó a la colonia hispana.
"Creo que yo debo prevenirte respecto de Marta Brunet, escrit. chilena, hoy cónsul en Bs. As. o La Plata. Es toda una novelista rural, es la que más me convence entre los novelistas criollos [nuestros: tachado] de Chile. Pero es una falsa persona. Le debo la public. de mi famosa carta sobre la Esp. de la ante-guerra, hecha con felonía, a pesar del gran aprecio que dice tenerme.
Cuídate y sé muy discreta con ella que, además, parece haberse vuelto comunista.
Su presencia es grata y yo no la detesto a pesar de cuanto sufrí por su culpa. Pero me dolería mucho que te hiciese alguna trastada y de ahí estas líneas". (Niza, 7 de septiembre de 1939).

La piratería de Tala

Cuando Gabriela Mistral le pide a Victoria Ocampo que Sur publique Tala y que las ganancias vayan en beneficio de los huérfanos de la Guerra Civil Española, no puede imaginar que esta intención humanitaria llegará a ser víctima de la piratería. Importantes editoriales chilenas publicaron el libro sin autorización de Ocampo ni de Mistral. En su viaje a Chile de 1938, la escritora chilena se reunió con el presidente Arturo Alessandri para hablarle de esta "sinvergüenzada editorial". Alessandri, cuenta, "estuvo finísimo" y le prometió ocuparse personalmente del asunto. En otra carta enviada desde Viña del Mar (julio de 1938), Mistral le dice a Victoria Ocampo que Pedro Aguirre Cerda, entonces candidato presidencial, podría custodiar los derechos de publicación. "Es hombre íntegro y derecho. Puedo pedirle la defensa de SUR como cosa mía. Resuelva Ud. Si no quiere Ud. abogado de izquierda, le ofrezco a mis beatos que tengo ahora. Son tres abogados de la juventud Conservadora. Son de Maritain y cada uno gente fina y pulcra". Se trata evidentemente de Eduardo Frei y Radomiro Tomic. No hay pistas del tercero. ¿Bernardo Leighton?
En una carta de 1942, enviada desde Brasil, alude a la Falange ("mal nombre", comenta) como uno de los "dos grupos de católicos jóvenes y reformistas" de mayor interés. El otro es el de Jaime Eyzaguirre, en quien advierte "un tipo bastante judío -inteligentísimo y estudioso". Durante el viaje a Chile en 1938, los dos grupos "se me allegaron y me gustó oírlos", recuerda. Sobre la "Falanje" (sic) dirá: "Ahí creo que están las únicas almas chilenas que me entienden y a las que me fío".
La elección de 1946 la abruma: "Ya tenemos delante, Votoya, la pesadilla de G. V. [González Videla] en Chile. Hoy ya será Presid. Fué mi embajador en Río y lo conozco de más. Dios me manda la peor de las calamidades. Dicen que quieren sacarme de N.U. [Naciones Unidas] Veré si me dejan jubilar por mientras dura este hombre. (No creo que dure)". (22 de septiembre de 1946).
En los comicios de 1952 teme el triunfo de Ibáñez. "Nuestra gente no mejora, Vic. Ib[áñez del Campo] va derechamente a la Presidencia y un auto-desterrado de calidad, de calidad, me dice que saldrá y con gran mayoría. El Caballo me dejó hace años sin la jubilación en Europa y además... sin pasaporte. Me lo negaban sus siervos. Y ahora caminan hacia mí seis años de su segunda presidencia. Mastica este dato: la candidatura suya ha sido lanzada por un grupo político de mujeres. Me importa mucho menos que mi pan futuro ya intervenido esta mugre del mujerío fascista y chileno. Hay más: son católicas en su mayoría esas dirigentes... Y son naturalmente santiaguinas: nuestros pueblos se pudren por la cabeza". (26 de septiembre de 1951).

La amistad con Alone

A pesar de que Hernán Díaz Arrieta fue su amigo toda la vida, las cartas de Mistral a Ocampo permiten descubrir más de un sobresalto en esta relación. En 1938, Gabriela Mistral lo considera "hombre fino a pesar de que está con los Edit[ores]" piratas. Catorce años más tarde dirá de él: "No es mala persona, Vict.; es sólo un afrancesado que siempre disputa conmigo. No sabe, no puede ser fiel. P. ej.: yo no he hablado con él como una especie de arrepentida respecto de mi ´democracia . He hecho cuanto puede darse por [hacerle] ver en claro y saber que no soy una socialista, sino una especie de demócrata ingenua.
Yo sé que no entenderá nada de mí en este aspecto, nada de nada en esa línea. O se reiría a gritos o me taparía la boca". (Roslyn, Nueva York, 1 de julio de 1954).
Dos años antes de su muerte, Mistral se lamenta de lo poco que sabe de Chile. "Te he contado ya la falta absoluta de cartas que ocurre cuando se está ausente por más de un año. El último que me mandaba ´noticias se cansó. Yo se las pagaba. Un día me olvidé de pagárselas y se quedó callado hasta hoy... Esto me sobrepasa. No creo que esté muerto; era Alone, el crítico, persona nada pobre por cierto. Veré de recobrarlo". (Roslyn, N.Y., ¿febrero de 1955?).
Su memoria estaba muy deteriorada a esas alturas. Tal vez se trate de un recuerdo falso.



Publicado en adn.Cultura de La Nación el 22 de septiembre de 2007

martes, 18 de septiembre de 2007

Noticias encontradas

El corazón de una diva en sus cartas

Maria Callas, célebre por sus desplantes, era una amiga fiel. Su correspondencia con Luchino Visconti y Pier Paolo Pasolini revela la preocupación que sentía por aquellos que amaba




Por Hugo Beccacece
De la Redacción de
LA NACION

Las cartas, los pequeños mensajes y las reflexiones anotadas en papeles sueltos de Maria Callas, muy poco conocidos, revelan la hondura de los sentimientos que la unían a sus amigos y a quienes consideraba sus maestros; además, muestran hasta qué punto esa mujer imperiosa, de arranques temperamentales, podía ser sensible y vulnerable. El cariño que suscitaba en quienes habían trabajado con ella, también quedó atestiguado en la correspondencia que le dirigieron sus fieles.
En una anotación, hecha al azar, reflexiona sobre su arte: "Donde cesa la palabra, comienza la música, dijo el admirable Hoffman (sic). Y, en verdad, la música es algo demasiado grande para poder hablar de ella. Pero, en cambio, siempre se la puede servir y respetar con humildad. Cantar, para mí, no es un acto de orgullo, sino solo una tentativa de elevación hacia esos cielos donde todo es armonía".
El afecto que Maria sentía por Luchino Visconti, de quien se dijo que estuvo enamorada, era retribuido por el hombre que la había dirigido en La vestale y en La traviata . Por su amado Luchino se había sometido al régimen de adelgazamiento que cambiaría su vida. En una carta del 2 de enero de 1958, en oportunidad de una versión de Norma (con régie de otro director), que terminaría en un escándalo, Visconti le dice: "¡En la imposibilidad de estar en el teatro esta noche pues mis ensayos me retienen en el Eliseo, te envió mis mejores deseos -siempre tan fervorosos y particularmente nostálgicos- en ocasión de esta Norma en la ópera de Roma! (sic) ¡Cuánto tiempo ha pasado, pero esos años no han logrado ni siquiera rasguñar mi admiración, mi inmensa devoción, y todo mi afecto, mi amistad por ti! Esta noche, a los aplausos, por cierto entusiastas, del público que te reservará la acogida habitual, uno los míos, desde el palco vacío del segundo piso, a la derecha, con el mismo ímpetu y entusiasmo, de ayer, de siempre. Te beso. Luchino".
Con Pier Paolo Pasolini, que convirtió a Maria en la protagonista de su film Medea , la cantante tuvo un vínculo de gran intimidad. Desde la primera clase de los aviones de Olympic Airways, en el papel con membrete de la aerolínea griega de Onassis, se confiesa con el cineasta y también le hace algunas observaciones sobre uno de los amantes del autor de Teorema: "Te escribo desde la nubes. Esto parece de verdad un hermoso tapiz, tan suave que se podría caminar sobre él. [...] El espíritu vuela donde quiere. Nadie le da órdenes al espíritu. Por lo menos no al mío, ni al tuyo. Es una gran fuerza Pier Paolo, ¿no lo crees? [...] Cuídate. Intenta tener paciencia con los débiles como Alberto. Sabes, querido amigo, verdaderos amigos, no he encontrado muchos, por no decir ninguno. Tú, en cambio, piensas que sí -lo siento- pero ya verás con el tiempo... Respeto tu verdad y tu sinceridad. Estamos muy ligados espiritualmente, hasta diría como rara vez uno puedo estarlo con alguien. Es algo raro y hermoso. Es preciso que dure. ¿Y qué significa que dure? [...] De hecho, Alberto no me convenció nunca -perdóname- estoy triste por ti porque sufres, él era uno de tus amigos. Pero como dice Dante: ´Mira y continúa tu camino . Tú eres mejor que ellos. Sé que todo lo que te digo no son sino palabras y las palabras no son más que palabras. Pero pienso en ti y en tu salud. Me gustaría tener noticias tuyas. Las mías son que levanté vuelo, pero el espíritu continúa mandando mientras el cuerpo puede. Y mi cuerpo me ha dado unos buenos bastonazos. Pero las tragedias no deben producirse sino en escena. Uno construye su vida con sus posibilidades. Hoy conozco las mías. Tenías razón. El que gana, ha ganado para siempre. Gracias por esas sacrosantas palabras. Pero sabes, todavía no desespero [...]. Maria".
En la carta del 5 de septiembre de 1971, Callas, una vez más, le da consejos a Pier Paolo: "La calma que me atribuyes la tengo de verdad. Me la he impuesto. (...) Me hice a mí misma y me construí, sola, el lugar que tengo en la sociedad, el respeto. Por supuesto, como tú dices, estoy sana, y eso es verdad, pero sé también que el orgullo me salva de muchas cosas. Hoy es la ruta más difícil por seguir, pero, a la larga, la única. No espero nada de nadie, o solo raramente un poco de amistad, lo que es mucho, pero puedo también quedarme muy a menudo sola. Me siento bien conmigo misma, solo me traiciono pocas veces. Me dirás que sermoneo. No, P.P.P. Me da pena verte sufrir. Dependías por entero de Ninetto [N. R.: el actor Ninetto Davoli, primero amante y después amigo de Pasolini] y no era justo. Ninetto tiene derecho a vivir su propia vida. Déjalo hacer, trata de ser fuerte. Debes serlo. Todos hemos pasado de un modo u otro por lo mismo. Sé el dolor inmenso que eso representa, quizá estoy más desilusionada que otros. Ciertas palabras no pueden consolar. Lo sé. Me hubiera gustado que sintieras la necesidad de venir a verme, pasar esos cinco minutos difíciles, pues solo se trata de 5-10 minutos de dolor atroz, después el dolor se mitiga, pero no has sentido la necesidad de mi amistad y eso me apena. Pero comprendo también tu reacción. (...) Te abrazo fuertemente, con todo mi afecto y soy siempre, creeme, tu mejor amiga (quizá es una presunción de mi parte). Maria".
Esas frases al amigo sobre la soledad y el dolor son la expresión más acabada del manto de aparente calma que cubría la congoja final de Callas. Apoyada sobre el orgullo, se aprestaba a salir de escena con dignidad.


Publicado en adn Cultura de La Nación el 15 de septiembre de 2007

lunes, 17 de septiembre de 2007

Agenda


Geographies of Visual and Literary Culture
Modernist Studies Association
1 - 4 de noviembre, Long Beach, California


En su novena edición, este congreso tiene como objetivo explorar cuestiones de la geografía moderna que se configuran como una intersección de espacios literarios, visuales y culturales.
Las conferencias girarán también en torno a otros temas, destacando el panel dedicado a la temática epistolar: How To Do Things with Letters.Este panel abarcará diferentes propuestas vinculadas a la escritura epistolar moderna: la correspondencia personal de escritores, la escritura de viajes en forma epistolar, la relación entre cartas e imperialismo, las cartas a editores, las novelas epistolares, la importancia de la correspondencia para las revistas, etc.


Más información sobre el congreso aquí

martes, 4 de septiembre de 2007

Novedades de archivo


El Centro de Documentación Epistolar ha incluido nuevos documentos en las diferentes secciones del archivo digital:

En cartas de verdad, la correspondencia que amigos y familiares le enviaron a Claudia entre 1985 y 2000.

La sección de cartas publicadas incluye tres misivas enviadas por Charles Baudelaire. Y en cartas de ficción, diferentes cuentos del escritor argentino Juan José Saer, publicados en el volumen de cuentos titulado La mayor.

A la sección de libros se incorpora la reseña de Cartas de amor. Antología de autores premiados, compilación de los textos seleccionados del concurso convocado por la empresa de subterráneos Metrovías en el año 2006.

En películas, la tranposición televisiva de la novela de Pierre Choderlos Laclos, Las amistades peligrosas, de Josée Dayan.

Y en noticias encontradas:
-Teresa de Calcuta perdió la fe, en El País del 24 de agosto de 2007, acerca de la crisis de fe que atormentó a la Nobel de la Paz que se desprende del contenido de su correspondencia aún inédita.
- Carta desde el frente contra la política de Bush en Irak, en El País del 22 de agosto de 2007, escrita por siete militares y publicada en el diario The New York Times.
- Las estampillas no son una especie en peligro de extinción; los coleccionistas sí, en El Mercurio del 19 de agosto de 2007. Noticia a modo de “radiografía” de esta afición en Chile.

lunes, 3 de septiembre de 2007

Libros

Diario y Correspondencia
Horacio Quiroga
Losada


Confidencias extremas
Por Soledad Quereilhac

Esta edición de textos personales de uno de los más importantes autores rioplatenses, la más amplia publicada hasta la fecha, permite atestiguar la evolución íntima de una vida creativa que aspiraba al dandismo, pero optó por los edenes más salvajes

A menudo, la publicación de epistolarios y diarios privados convoca la pregunta sobre cuán ético es dar a conocer textos que no fueron pensados para circular entre un público masivo. También, en la intimidad de la lectura, surge cierto escozor ante la pregunta sobre cuán ético es no poder evitar leer ese material, interesarse en él ya sea por una búsqueda estética, por ambición erudita o, simplemente, por curiosidad escabrosa. En una época en la que las correspondencias privadas de escritores continúan fascinando a los lectores, estas preguntas quedan aún flotando como un eco molesto, en la intermitencia de sus razones y falsedades. Lo que sí parece ofrecerse como una tranquilizadora certeza es que, en el caso de las cartas y diarios escritos en tiempos muy distantes al nuestro, uno tiene la posibilidad de acceder al despliegue de una sensibilidad histórica que ya no existe y, sobre todo, a las formas con las que un artista del pasado comunicó maneras de sentir y de hablar que, acaso por las reglas propias del arte del momento, no hubieran podido ingresar en novelas, relatos o poemas.
El Diario y correspondencia del inolvidable escritor Horacio Quiroga, quinto y último volumen de la edición de sus Obras que han llevado adelante Jorge Lafforgue y Pablo Rocca, es un notable ejemplo de ello. En los centenares de cartas que reúne el volumen -"el epistolario quiroguiano más amplio conocido hasta la fecha", como aclaran los editores- es posible conocer no solo aspectos de su vida, su vínculo con la literatura y con la naturaleza, sino también la expresión de una sensibilidad masculina, tan singular como atravesada por su época, que no siempre había dejado rastro en su literatura.
El volumen, que abarca textos escritos desde 1900 hasta 1937, está organizado de manera inteligente y cuenta con un útil cuerpo de notas. El primer gran bloque de cartas lo ocupan las dirigidas a sus amigos uruguayos de Salto, A. Brignole, los hermanos Delgado, E. Amorim y J. M. Fernández Saldaña. El segundo bloque, "Dos profesionales", presenta las cartas que Quiroga intercambió con Luis Pardo, secretario de redacción de Caras y Caretas , y con César Tiempo, quien editó su libro Más allá en 1935. En el tercero, aparece la correspondencia que, desde Buenos Aires, Quiroga envió a su empleado en San Ignacio, Isidoro Escalera, mientras que en el cuarto, bajo el título "Hermanos menores", se incluyen las afectuosas cartas que el salteño intercambió con dos amigos íntimos de su adultez tardía: Julio Payró y Ezequiel Martínez Estrada. El volumen se completa con una sección de "Misceláneas" y con la reedición de su Diario de viaje a París (1900).
En una de las cartas que Quiroga envía a su amigo José María Delgado, en la que habla de su libro Cuentos de amor, de locura, de muerte (1917), el escritor anota: "lo que me interesaba saber sobre todo es si se respiraba vida en eso". La frase sintetiza lo que, curiosamente, también sucede con parte de este epistolario, aunque bajo un registro de escritura distinto. La mayoría de las cartas escritas desde San Ignacio, en las que Quiroga, a la par que se queja de su estrechez económica o de su -por momentos- insoportable soledad, transmite esa intensidad de vida "a la intemperie", ese desafío constante de dominar el avance del monte, de hacer productiva la tierra, de trabajar para la subsistencia, temas que, al igual que en su literatura, no parecen ser producto de un artificio, sino el sustrato fundamental, la experiencia única que da nacimiento al artificio artístico. Al igual que Rudyard Kipling y, por qué no, Jack London, en Quiroga la vivencia de la acción directa sobre la naturaleza puede ser, a la vez, representada bajo formas letradas que comulgan con esa "vida intensa" y que logran concretar un feliz encuentro entre palabra y vida, entre arte y experiencia.
En las cartas afloran, asimismo, las contradicciones de Quiroga en su rol de "patrón". Incómodo, a veces, frente a la obsecuencia de sus peones o irritado en cambio porque no ven en él un "par", sino un tacaño patrón que "roba" el trabajo de los demás, Quiroga no puede ver que, aun en plena "vida salvaje", existen las diferencias sociales, por más que las desafiantes tareas civilizatorias de " pioneer agrícola" se le presenten como patrimonio de todos. En contraposición a ello, su intercambio de cartas con editores, en los que el dinero y la "cotización" de sus relatos ocupa muchas líneas, demuestra la sólida conciencia de Quiroga en su otro rol pionero: haber sido uno de los primeros escritores profesionales del Río de la Plata.
Hay también, en todo el epistolario, un excelente registro de sus lecturas y preferencias literarias que trazan un recorrido cabal de vida: desde el decadentismo juvenil, la fascinación por D Annunzio y por el Lugones de Los crepúsculos del jardín , hasta el gran viraje que significó su descubrimiento de los rusos -sobre todo Dostoievski, admirado "por su sinceridad"-, su aprendizaje técnico de Poe y de Maupassant, y finalmente su hallazgo de la literatura de Kipling.
Pero, sin dudas, uno de los aspectos más reveladores del epistolario -que había recibido alguna censura en ediciones anteriores- es el que toca a lo amoroso y al vínculo con las mujeres. Entre los imperdibles relatos de aventuras sexuales ("Corrida y todo como debe serlo con sus doce años de París, me negó coito en son de suprema ternura, como una casta lo otorga por igual motivo") o la queja por los desaciertos ("siempre me tocan histéricas"), aparecen las "confidencias extremas" a Martínez Estrada, interlocutor que inspiró en Quiroga sus mejores y más emotivas cartas.
El Diario y correspondencia ofrece un material fascinante para aquellos lectores quiroguianos que aún hoy sigan siendo interpelados por su "bárbara prosa", por este inverosímil aprendiz de decadente que hubo de salir en busca de más salvajes edenes artificiales: "Pues, ¿qué puede ofrecer el desierto a un hombre, si este no se empeña en sacar de él un paraíso?"


Publicado en adncultura, suplemento del periódico La Nación, el 1 de septiembre de 2007