martes, 2 de junio de 2009

Cartas trabadas


Unas cartas de Juan Pablo II a una amiga traban su beatificación. Es una polaca que Wojtyla conoció de joven. El vaticano quiere ahora revisar toda la correspondencia.

INOLVIDABLE. JUAN PABLO II CONOCIO A SU AMIGA WANDA EN EL AÑO 1950.
El la llamaba "hermanita"; ella, "hermano". Durante 55 años, Karol Wojtyla, el inolvidable Juan Pablo II, se carteó con su gran amiga Wanda Polaswka, que aún vive, tiene 88 años y reside en Cracovia. La decisión de Wanda de publicar un libro con una parte de aquellas cartas ha causado un cierto revuelo en los rígidos ambientes vaticanos. Para evitar suspicacias en el proceso de beatificación del "Papa Magno" que gobernó a la Iglesia durante 26 años y medio, en la Congregación para la Causa de los Santos -la usina del camino a los altares de la Iglesia- se ha decidido "ver todo".

Wanda Polawska debe ahora dar todas las cartas que intercambió con Wojtyla al relator de la causa de beatificación, el padre Daniel Ols. Objetivamente, esto representa un freno porque se esperaba que para el 2 de abril del año próximo, quinto aniversario de la muerte de Juan Pablo II, su sucesor Benedicto XVI pudiera proclamar su beatitud.

"Santo súbito", reclamaba la inmensa multitud congregada como nunca en la historia en torno al Vaticano en aquellos días gloriosos para el Papa polaco que acababa de fallecer. Aquellos reclamos con gritos, pareados y carteles, ayudaron también a promover la figura de su más grande colaborador, el alemán Joseph Ratzinger, el "ministro" para la Doctrina de la Fe, defensor de la ortodoxia, como su sucesor, el 19 de abril 2005.

El Papa Ratzinger desea intensamente que a los cinco años de su muerte Wojtyla sea beato. De acuerdo a las normas canónicas, normalmente cinco años después de la muerte del candidato a los altares puede comenzar el proceso de beatificación, primero de los dos escalones a la santidad.

El padre Daniel Ols comentó ayer que "no se puede hablar de retraso en la causa de beatificación". "No hay plazos fijos", agregó. "El Papa nos pidió que diéramos prioridad a la causa de Juan Pablo II, pero que trabajáramos bien, o sea con sumo cuidado", advirtió.

La enorme cantidad de cartas entre Karol Wojtyla y Ana Wanda Poltawska son un material muy sensible para la Santa Sede. Wanda consignó una parte de esas misivas a los relatores de la causa de beatificación, pero hay muchas que aún no se conocen.

Poltawska, psiquiatra infantil, madre y abuela, con un marido que era también estrecho amigo de Juan Pablo II, fue siempre una mujer anticonformista, que había sufrido torturas y experimentos médicos por parte de los nazis en un campo de concentración. En 1950, el joven cura Wojtyla la conoció en condiciones desesperadas y la ayudó a salir adelante. Nació así una profunda amistad.

En 1962, Wanda enfermó de cáncer y el futuro Papa escribió al famoso padre Pío de Montalcina pidiéndole oraciones para interceder por un milago. Wanda se curó y Karol Wojtyla atribuyó gran eficacia a las oraciones de padre Pío, a quien hizo primero beato y después santo.

Ayer el diario La Stampa de Turín entrevistó al arzobispo de Cracovia, el cardenal Stanislao Dziwisz, secretario durante cuatro décadas de Juan Pablo II. Dziwisz critica que Wanda haya publicado en un libro una parte de las cartas. "Eran misivas personales, no debían ser hechas públicas. El Papa se escribía con mucha gente que mantiene fuera de la curiosidad pública sus cartas", concluyó.

Por Julio Algañaraz

Publicado hoy en el diario Clarín de Buenos Aires.

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