martes, 19 de junio de 2007

Correspondencia

De: Laura
Fecha: Viernes, 15 de Junio de 2007 08:48 p.m.
Para: info@cartas.org.ar
Asunto: por si sirve...fantastico como han mejorado la pagina, FELICITACIONES Y SUERTE!!

("Relaciones peligrosas", no era una pelicula sobre un libro sobre cartas?? no me acuerdo bien...)
Entrevisiones de Bengala de Rabindranath Tagore
Introducción a la edición inglesa

Las cartas traducidas para este libro fueron escritas en el período más fecundo de mi vida literaria, cuando, gracias a mi buena suerte, yo era joven y poco conocido.
En posesión de una juventud exuberante y con mucho tiempo libre, yo pensaba que el escribir cartas, aparte de las de negocio, era una deleitable necesidad. Es esta una forma literaria poco frecuente, sólo posible cuando un esceso de pensamiento y de emoción se acumula. Otros jéneros literarios continúan perteneciendo al autor aunque se hagan públicos; las cartas, que han sido entregadas para siempre a individuos particulares, se caracterizan por el abandono más jeneroso y llegan a olvidarse.
Pero he aquí que los fragmentos seleccionados de un gran número de cartas volvieron a mí bastantes años después de ser escritas. Alguien pensó, acertadamente, que me encantarían por traerme a la memoria el recuerdo de días pasados cuando, en la sombra de la ineditez, gocé de la libertad más grande que ha conocido mi vida.
…… Rabindranaz Tagor
20 Junio 1920

Dice al principio: “advertencia al lector: en esta edición se ha conservado la peculiar ortografía juanramoniana….” (Plaza & Janes, 1965, Barcelona)

Sören Kierkegaard
Diario de un seductor, Ediciones 29, Barcelona. (fecha de edición…NO consta!! )

“¿Qué deberé hacer más adelante? ¿Inflamarla con palabras y volver a alejarla luego con cartas? Es preferible lo contrario ya que eso me dará ocasión de gozarla en los mejores momentos. Cuando ha recibido una carta mía, el dulce veneno ha penetrado en su sangre y basta una palabra para que el amor estalle en ella como una tempestad. Inmediatamente después, con la ironía hago brotar de nuevo la duda en su alma, pero no lo suficiente para que no continúe sintiéndose la vencedora.
En las cartas, la ironía conviene muy poco, en gran parte porque puede interpretarse de manera equivocada con suma facilidad, lo mismo que no es aconsejable dejarse extasiar en un coloquio. Cuando con una carta puedo penetrar más hondo en mi amada, mis movimientos son más fáciles y ella en cierto modo me puede confundir con el ser universal que vive en su amor. Además, en una carta podemos actuar con mucha mayor desenvoltura; por escrito, puedo echarme con suma facilidad a sus pies, etc., cosa que realizada en realidad me haría aparecer como un exaltado y toda ilusión iba a perderse.
La contradicción que necesariamente se deriva de esta doble acción, provocará el amor en Cordelia, lo agrandará y robustecerá, en una palabra, la inducirá a la tentación. Al comienzo, las cartas no deben tener un matiz demasiado erótico, sino una impronta más universal, contener apenas alguna alusión y despertar alguna duda. (…)
Hoy comenzaré con una cartita, en la que le mostraré brevemente su propia intimidad al describirle lo que en apariencia hay en mi corazón. El método es correcto y yo siempre actúo con método. A ustedes debo haberlo aprendido, a ustedes, adorables muchachas, a las que tanto amé antes; suyo es el honor y el mérito.
Toda muchacha es, de nacimiento, una maestra y aunque no se pudiese aprender de ella otra cosa, siempre se podría aprender el modo de engañarla. Y nadie más que una muchacha puede enseñárnoslo. (…)
Mis cartas no dejan de tener resultados, pues sirven para ir cambiando a Cordelia espiritualmente, aunque aún no de un modo erótico. Para este segundo fin, convienen más los billetitos que las cartas. Cuanto más se acentúa el contenido erótico, más debe aumentar su brevedad, para que las punzadas amorosas puedan hacerse sentir mejor. Y, además, hay que evitar que su efecto pueda causar blandura o sentimentalismo; para refrenar perfectamente esos sentimientos sirve el anhelo de aquel dulce alimento que tanto ama. A través de los contrastes que yo he creado, lo que sólo era intuición se convierte en pensamiento y éste, aun siendo mío, le parece brotado de la íntima profundidad de su corazón. Y esto es lo que yo quiero. (…)
Cómo me interesaría poder observar sin ser visto a Cordelia, en el momento en que recibe una carta mía…! ya que en ese instante podría comprobar el efecto que en ella producen las artes amorosas.
De todos modos, estoy firmemente convencido de que las cartas son un recurso sin igual para causar impresión en una muchacha. Con frecuencia, la letra muerta tiene una influencia mucho mayor que la palabra viva: la carta es, desde luego, una misteriosa comunicación. Además, tenemos la enorme ventaja de ser dueños absolutos de la situación; nadie puede allí molestarnos. Y a una muchacha le agrada estar a solas con su ideal, sobre todo en los momentos en que el corazón está más vivamente conmovido.
Incluso cuando ha podido hallar en el hombre que ama la mejor encarnación de su ideal, siempre hay momentos en que tiene que sentir que en lo ideal hay una fascinación que la realidad jamás podría ofrecer. (…) Para esto son muy útiles las cartas, con las que se consigue estar presente en espíritu en esos instantes de alta consagración; y al mismo tiempo, la imagen de la persona real de quien escribe llega a ser un paisaje natural y espontáneo para la realidad. (…)
Hay tantas muchachas amables que se aburren de un modo horrible en la vida sencilla y tranquila de sus casas y no esperan más que un acontecimiento cualquiera que las arranque de tanta monotonía! Nada hay más apropiado para este fin que un amor desdichado sobre todo si el corazón se resiente de un modo excesivo…”

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