lunes, 24 de septiembre de 2007

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Correspondencia entre Mistral y Ocampo
Cartas cómplices

El próximo mes aparecerá Esta América nuestra (El Cuenco de Plata), volumen originalmente editado en inglés, que reúne el valioso epistolario que mantuvieron la escritora chilena y la directora de la revista Sur

Por Pedro Pablo Guerrero
El Mercurio/ GDA - 2007
"Yo soy india rencorosa y vasca testaruda, las dos cosas, ¡Dios mío, juntas!", le confiesa Gabriela Mistral a Victoria Ocampo en una carta de 1937, diciéndole que está "harto herida de mi gente", pero que a pesar de todo "no será difícil que un día perdone yo a mis chilenos". Día que no llega en la correspondencia de Esta América nuestra, al menos en los casos más notorios y notables.
Discreta se muestra al principio respecto de Pablo Neruda, cuyo nombre sale a relucir cuando Mistral se queja en mayo de 1938 de que, coincidiendo ambos en Santiago, el poeta demoró siete días en hacerle llegar un folleto de la Alianza de Intelectuales de Chile, que tenía muchas ganas de leer. Un par de meses después se nota evasiva cuando Victoria Ocampo le reprocha que le hubiera ocultado noticias de su amiga Delia del Carril "por ser malas". Cautelosa, la chilena se excusa de hablar bien o mal de "una mujer ultra-enamorada, mudada, dada vueltas, por su pasión". No es más locuaz sobre el marido: "De Neruda tampoco le hablo porque sería igualmente hablar de Delia". A buen entendedor...
Las diferencias políticas y literarias entre el poeta y la escritora argentina se irán profundizando hasta estallar con la publicación del libro Las uvas y el viento (1954), en el que Neruda ataca frontalmente a Victoria Ocampo. En el poema "Ahora canta el Danubio", se burla de "Madame Charmante" y su revista SUR de ganaderos/ profundamente preocupados/ de la "métaphisique". La aludida se da el trabajo de copiar entero el poema y enviárselo a su amiga chilena. "Para qué decirte lo que pienso de semejante poema... Ya te lo imaginarás de sobra", le comenta en una carta enviada en mayo de 1954.
Mistral le responde: "No conozco el libro ése. No recuerdo que Pablo me haya dado nunca un libro suyo. Y sé que me odia, pero óyelo, mucho menos que su mujer. Me ha dado consejos de vida inteligente -es decir, de auto-bombo o cosa parecida. El amor de las mujeres viejas es así. Ella parece más com.[unista] que él mismo". (Roslyn, Nueva York, mayo de 1954).
Los recelos que Neruda despierta en la Mistral se remontan, en parte, a un incidente ocurrido en 1935, cuando Neruda se quedó con el puesto de cónsul de Chile en Madrid que ella ocupaba. "Dejé España: parecía que eso no podía ser; pero un lío combinado de españoles patriotas (léase comerciantes) de Santiago y de unos tres colegas aficionados al cargo de Madrid, facilitaron la operación de zafarme de Castilla", le cuenta Mistral a Ocampo, el 7 de abril de 1936. La poeta alude a intrigas diplomáticas y a la desafortunada publicación en la prensa chilena de una carta privada que Mistral les envió a sus amigos Armando Donoso y María Monvel, en la que criticaba amargamente a la sociedad española.
Una carta de 1939 a Victoria Ocampo revela que Mistral estaba convencida de que en la divulgación de esa carta -que significó su inmediato traslado a Lisboa- jugó un papel decisivo Marta Brunet, redactora de Familia , revista que publicó, el 2 de octubre de 1935, extensos pasajes de la misiva que indignó a la colonia hispana.
"Creo que yo debo prevenirte respecto de Marta Brunet, escrit. chilena, hoy cónsul en Bs. As. o La Plata. Es toda una novelista rural, es la que más me convence entre los novelistas criollos [nuestros: tachado] de Chile. Pero es una falsa persona. Le debo la public. de mi famosa carta sobre la Esp. de la ante-guerra, hecha con felonía, a pesar del gran aprecio que dice tenerme.
Cuídate y sé muy discreta con ella que, además, parece haberse vuelto comunista.
Su presencia es grata y yo no la detesto a pesar de cuanto sufrí por su culpa. Pero me dolería mucho que te hiciese alguna trastada y de ahí estas líneas". (Niza, 7 de septiembre de 1939).

La piratería de Tala

Cuando Gabriela Mistral le pide a Victoria Ocampo que Sur publique Tala y que las ganancias vayan en beneficio de los huérfanos de la Guerra Civil Española, no puede imaginar que esta intención humanitaria llegará a ser víctima de la piratería. Importantes editoriales chilenas publicaron el libro sin autorización de Ocampo ni de Mistral. En su viaje a Chile de 1938, la escritora chilena se reunió con el presidente Arturo Alessandri para hablarle de esta "sinvergüenzada editorial". Alessandri, cuenta, "estuvo finísimo" y le prometió ocuparse personalmente del asunto. En otra carta enviada desde Viña del Mar (julio de 1938), Mistral le dice a Victoria Ocampo que Pedro Aguirre Cerda, entonces candidato presidencial, podría custodiar los derechos de publicación. "Es hombre íntegro y derecho. Puedo pedirle la defensa de SUR como cosa mía. Resuelva Ud. Si no quiere Ud. abogado de izquierda, le ofrezco a mis beatos que tengo ahora. Son tres abogados de la juventud Conservadora. Son de Maritain y cada uno gente fina y pulcra". Se trata evidentemente de Eduardo Frei y Radomiro Tomic. No hay pistas del tercero. ¿Bernardo Leighton?
En una carta de 1942, enviada desde Brasil, alude a la Falange ("mal nombre", comenta) como uno de los "dos grupos de católicos jóvenes y reformistas" de mayor interés. El otro es el de Jaime Eyzaguirre, en quien advierte "un tipo bastante judío -inteligentísimo y estudioso". Durante el viaje a Chile en 1938, los dos grupos "se me allegaron y me gustó oírlos", recuerda. Sobre la "Falanje" (sic) dirá: "Ahí creo que están las únicas almas chilenas que me entienden y a las que me fío".
La elección de 1946 la abruma: "Ya tenemos delante, Votoya, la pesadilla de G. V. [González Videla] en Chile. Hoy ya será Presid. Fué mi embajador en Río y lo conozco de más. Dios me manda la peor de las calamidades. Dicen que quieren sacarme de N.U. [Naciones Unidas] Veré si me dejan jubilar por mientras dura este hombre. (No creo que dure)". (22 de septiembre de 1946).
En los comicios de 1952 teme el triunfo de Ibáñez. "Nuestra gente no mejora, Vic. Ib[áñez del Campo] va derechamente a la Presidencia y un auto-desterrado de calidad, de calidad, me dice que saldrá y con gran mayoría. El Caballo me dejó hace años sin la jubilación en Europa y además... sin pasaporte. Me lo negaban sus siervos. Y ahora caminan hacia mí seis años de su segunda presidencia. Mastica este dato: la candidatura suya ha sido lanzada por un grupo político de mujeres. Me importa mucho menos que mi pan futuro ya intervenido esta mugre del mujerío fascista y chileno. Hay más: son católicas en su mayoría esas dirigentes... Y son naturalmente santiaguinas: nuestros pueblos se pudren por la cabeza". (26 de septiembre de 1951).

La amistad con Alone

A pesar de que Hernán Díaz Arrieta fue su amigo toda la vida, las cartas de Mistral a Ocampo permiten descubrir más de un sobresalto en esta relación. En 1938, Gabriela Mistral lo considera "hombre fino a pesar de que está con los Edit[ores]" piratas. Catorce años más tarde dirá de él: "No es mala persona, Vict.; es sólo un afrancesado que siempre disputa conmigo. No sabe, no puede ser fiel. P. ej.: yo no he hablado con él como una especie de arrepentida respecto de mi ´democracia . He hecho cuanto puede darse por [hacerle] ver en claro y saber que no soy una socialista, sino una especie de demócrata ingenua.
Yo sé que no entenderá nada de mí en este aspecto, nada de nada en esa línea. O se reiría a gritos o me taparía la boca". (Roslyn, Nueva York, 1 de julio de 1954).
Dos años antes de su muerte, Mistral se lamenta de lo poco que sabe de Chile. "Te he contado ya la falta absoluta de cartas que ocurre cuando se está ausente por más de un año. El último que me mandaba ´noticias se cansó. Yo se las pagaba. Un día me olvidé de pagárselas y se quedó callado hasta hoy... Esto me sobrepasa. No creo que esté muerto; era Alone, el crítico, persona nada pobre por cierto. Veré de recobrarlo". (Roslyn, N.Y., ¿febrero de 1955?).
Su memoria estaba muy deteriorada a esas alturas. Tal vez se trate de un recuerdo falso.



Publicado en adn.Cultura de La Nación el 22 de septiembre de 2007

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