viernes, 19 de septiembre de 2008

Unos días después del día del cartero:


El 14 de septiembre de 1771 Bruno Ramí­rez tuvo su primer trabajo como cartero, y se convirtió ese mismo dí­a en el primer cartero de la ciudad de Buenos Aires. Por eso se festeja el 14 de septiembre el dí­a del cartero en la Argentina.
Muchos libros están escritos en género epistolar y a su vez muchos autores les asignan a sus personajes el oficio de cartero. La literatura infantil no es ajena a esto y posee entre sus obras varios tí­tulos con carteros y cartas en su haber.
Un libro muy interesante, estructurado en base a cartas enviadas a los personajes de los cuentos de hadas, es El cartero simpático o unas cartas especiales de Janet y Allan Ahlberg.
El libro está editado por Destino y se consigue en librerí­as. La revista Cuatrogatos le dedicó una reseña con datos a tener en cuenta.
El escritor Xavier P. Docampo dice en su texto “Carta a una amada” que “contar un cuento es el acto de amor más sublime que se puede ofrecer a un ser querido, los amantes se cuentan cuentos para que el amor habite entre ellos y nunca los abandone, es el conjuro más poderoso para ahuyentar cualquier hechizo que se pueda preparar para destruir el amor…”. Leer este texto es un placer inmenso, pero escucharlo en la voz del autor, mucho más. En esta página, puede hacerlo.
En el blog de Román Belmonte Andújar, Donde viven los monstruos, existe una entrada titulada “Cartas y carteros”. Allí­ se sugieren varios textos sobre cartas; por ejemplo, se citan unos versos del libro Papelitos de la escritora argentina Marí­a Cristina Ramos, que dicen así­:
El maestro querí­a
una carta explicar:
cómo armar su escritura,
qué pensar,
qué anotar.
Pues la carta —decí­a—
tiene un efecto tal
que hace que los lejanos
se vuelvan a juntar.
Para saber más sobre este libro, sobre Marí­a Cristina Ramos y recorrer su biografí­a y bibliografí­a, conviene entrar a su página.
Julia es una adolescente que se aburre mucho, a pesar de estar con su familia, en las vacaciones en la playa. Pero un dí­a, él aparece y todo cambia. Con la llegada del amor, Julia necesitará más que nunca a su amiga del alma, con la que mantendrá una correspondencia muy fluida. El libro de Marí­a Inés Falconi, Cartas para Julia, narra esta historia de amor y amistad en la adolescencia. Para saber más sobre la obra, se puede visitar el sitio de la editorial Alfaguara, donde incluso se puede descargar una guí­a didáctica para el docente. La revista virtual de literatura infantil Imaginaria le realizó a la autora un extenso reportaje, donde además de su recorrido como narradora, se puede apreciar su gran trayectoria como dramaturga. Vale la pena leerlo, o mejor aún, releerlo.
En el libro de Paul Auster, Brooklyn Follies, en un diálogo entre dos personajes, se relata un momento de la vida del gran escritor Franz Kafka. Se narra allí­, como lo ha hecho en tantas entrevistas Dora Dymant, la compañera de Kafka en esos meses antes de su muerte, que el escritor realizaba paseos diarios a un parque. Uno de esos dí­as encontró una pequeña que lloraba porque habí­a perdido su muñeca. Al instante, Kafka decide transformarse en cartero y le dice que su muñeca no se ha perdido, sino que se ha ido de viaje pero que le ha dejado una carta, que él se la traerá al dí­a siguiente. Esa misma noche, con la misma pasión con que ha escrito sus mejores obras, el escritor le escribe una carta a la niña. Y así­, a pesar de su enfermedad, le va escribiendo una carta dí­a tras dí­a, hasta que la niña comprende, porque así­ le muestran las cartas de su muñeca, que ha debido irse para iniciar otra vida, casarse, tener hijos. Las palabras de Kafka han suplido la ausencia de la muñeca y la niña es feliz nuevamente. Sobre este relato está estructurada la obra Kafka y la muñeca viajera, de Jordi Sierra i Fabra, ilustrado por Pep Monserrat. Este escritor posee un sitio oficial donde se puede acceder a su biografí­a, conocer sus premios, leer fragmentos de sus obras y enterarse de las acciones de la Fundación Jordi Sierra i Fabra.

Publicado en http://www.educared.org.ar/

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