miércoles, 18 de febrero de 2009

"Y en esperar que pasen los tres años, el tiempo nunca pasa"

Siguiendo con la carta amorosa, este epistolario de Juan Rulfo a Clara:

Se trata de un compendio de cartas amorosas que le escribe Juan Rulfo a Clara Aparicio, su mujer de toda la vida. Poco a poco, mientras cada una de las 81 cartas van pasando, refulgen también otras preocupaciones, como el trabajo y el dinero. Pero dos cuestiones resultan sorprendentes de este epistolario cuidado. La primera tiene que ver con la historia de este amor: él tenía 27 años cuando le pidió su mano; ella, 16. Ella le pidió que esperara tres años para ser novios; él aceptó. Los tres años interminables pasaron –muchas de las cartas son de este desierto- y fueron novios, se casaron, fueron padres. Lo segundo que llama la atención es sobre estrategias de edición del epistolario: cualquiera que lea una historia amorosa requiere que ésta tenga un final feliz; cuando el problema es la distancia, uno desea que ellos se encuentren... (Para leer la reseña completa, aquí)

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